miércoles, 20 de marzo de 2013


Me tiré en la cama extasiado, cansado, frustrado, enojado.
Cerré los ojos y sentí como todo mi cuerpo se iba entumenciendo, haciendose más pesado, descansando de todo tratando de olvidar.
Oh si, me estaba durmiendo.
No me importaba que todavia tuviera mi traje y mis zapatos puestos, no, nada me importaba.
Sólo quería descansar.
Sí, iba a dormir horas, ojalá días.
Mi respiración se volvió más lenta y mis latidos más suaves...
Cada min...úscula parte de ….mi cuerpo … se iba... dur...mien...do...



-¡¿QUÉ CREES QUE HACES!?- gritó una voz conocidisima.
Una corriente nació desde mis pies y me recorrió todo el cuerpo hasta la cabeza.Trague saliva, y toda la frustración volvió.Me ayudé con mis brazos y la miré. Allí, en el marco de la puerta, parada con los brazos cruzados y una expresion enojada, ¿enojada? No , no era de enojada, era... ¿esta...? ¿estabas haciendo un mohín?
-¡Quítate los zapatos! ¡YA!- gritaste y tus manos ahora estaban en tu cintura.
Tenías ese vestido que me encantaba, que te permitía mostrar tus piernas lo justo y necesario como para ponerme. Sólo lo usabas en casa, sólo para mí. Tambien tenias el delantal rosa y tu cabello recogido aunque un poco desordenado, estabas cocinando.
Asentí con la cabeza dos veces, y te diste media vuelta y te fuiste. El sonido de tus tacos en la escalera me avisaron que estabas lejos, y que podía volver a dormir. Caí de nuevo.
-¡¿Ya te los quitaste!?- gritaste desde abajo- ¡Y ORDENA EL DESORDEN DEL LIVING QUE HICISTE AYER, YO NO LO PLANEO LIMPIAR!
Pataleé con fuerza y la cama hizo ruido, suerte que estabas usando la batidora.Un viento me recorrió la espalda y cerró bruscamente la puerta. El sonido de la batidora se detuvo. Iba a morir.
Abriste la puerta y la trabaste. Esta vez, me senté y te miré.¿Cómo iba a calmar la tensión de tus ojos? ¿Cómo iba a arreglar la situacion? ¿Por qué me preocupo por ti, cuanod soy yo el que esta sufriendo? Ayer unos compañeros me dijeron que te vieron hablando con un hombre, hoy mi mejor amigo me lo afirmó. Estoy destrozado, porque todos los días es lo mismo. Tu me ordenas, yo obedezco, y cuando desobedezco, tu te enojas, y yo no se que hacer, pienso que te lo mereces, pero no quiero verte así. Te odio.
-Perdón-y me quito lentamente los zapatos. Los iba a tirar al piso, pero sé que eso no te gusta, así los bajo igual de lento. Subo la mirada hasta encontrarme con la tuya, seguis enojada
Mirás las sabanas, embarradas con tierra por mis zapatos
-¿Sabes cuánto me salieron estas sabanas? - las pagaste con mi dinero, cuando me den el recibo de la tarjeta lo sabré
-No, lo lamento mucho-
-¡Ademas me costo mucho encontrarlas en este color!- pero... son azul, y hasta creo que son las sabanas más comunes del mundo.
Me quedó mudo, y parece que recordas algo.
-Oh, ya sé donde venden otras, aunque dudo que haya ese color- murmura y luego- Bueno, despues de comer, iremos a comprarlas. Cambiate rapido- y te vas
Ningun 'por favor' ni tampoco una mínimo dejo de que lo estas pidiendo, no, lo estas ordenando.
Abró el placard y busco un conjunto de los que me preparaste. Me quito el traje y busco el cesto de ropa sucia. Me sorprendo, hay tres cestos, cada uno tiene una etiqueta que dicen 'pantalones' 'remeras/camperas/camisas' 'accesorios' . Otra vez me veo obligado a obedecer para hacerte feliz.
Me alejo lo máximo posible de la cama, tengo sueño, estoy cansado.
Bajo las escaleras, ya vestido, y espio un poco la cocina, estas poniendo la mesa, tengo tiempo de limpiar el living.
Ese desorden es mi trabajo, diseño envases y promociones para mi empresa. Ayer me habia quedado hasta tarde tratando de hacer un envase decente pero el sueño me invadia. Antes de que te fueras a dormir, te pedí un café pero al parecer te lo olvidaste y te dormiste. Me lo queria hacer yo,pero temía romper tu cafetera importada o hacer mucho ruido y despertarte.
Al terminar de ordenar, fui a la cocina. Estabas de espaldas, intentando agarrar servilletas de encima de la heladera. Camino hacia a vos y te las alcanzo. Me miraste y por un momento pensé que ibas a agradecerme, pero sólo me acomodas el borde de la campera. Me molesta que seas desagradecida.
-Sirveme un poco.- te quitas el delantal y caminas hacia el living. Te observo por el rabillo del ojo, estas mirando tu celular, y sonries. ¿De verdad me engañas?
Me siento y empiezo a comer. Trato de no pensar, pero el 'tic' de las teclas me invitan a imaginarme lo que le respondes. ¿Que tu marido es un tonto? ¿Que no se da cuenta? ¿Que lo tenes en la palma de tu mano? Todo es verdad, lo odio.

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nosé, nosé 

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