Me tiré en la cama extasiado, cansado,
frustrado, enojado.
Cerré los ojos y sentí como todo mi
cuerpo se iba entumenciendo, haciendose más pesado, descansando de
todo tratando de olvidar.
Oh si, me estaba durmiendo.
No me importaba que todavia tuviera mi
traje y mis zapatos puestos, no, nada me importaba.
Sólo quería descansar.
Sí, iba a dormir horas, ojalá días.
Mi respiración se volvió más lenta y
mis latidos más suaves...
Cada min...úscula parte de ….mi
cuerpo … se iba... dur...mien...do...
-¡¿QUÉ CREES QUE HACES!?- gritó una
voz conocidisima.
Una corriente nació desde mis pies y
me recorrió todo el cuerpo hasta la cabeza.Trague saliva, y toda la
frustración volvió.Me ayudé con mis brazos y la miré. Allí, en
el marco de la puerta, parada con los brazos cruzados y una expresion
enojada, ¿enojada? No , no era de enojada, era... ¿esta...?
¿estabas haciendo un mohín?
-¡Quítate los zapatos! ¡YA!-
gritaste y tus manos ahora estaban en tu cintura.
Tenías ese vestido que me encantaba,
que te permitía mostrar tus piernas lo justo y necesario como para
ponerme. Sólo lo usabas en casa, sólo para mí. Tambien tenias el
delantal rosa y tu cabello recogido aunque un poco desordenado,
estabas cocinando.
Asentí con la cabeza dos veces, y te
diste media vuelta y te fuiste. El sonido de tus tacos en la escalera
me avisaron que estabas lejos, y que podía volver a dormir. Caí de
nuevo.
-¡¿Ya te los quitaste!?- gritaste
desde abajo- ¡Y ORDENA EL DESORDEN DEL LIVING QUE HICISTE AYER, YO
NO LO PLANEO LIMPIAR!
Pataleé con fuerza y la cama hizo
ruido, suerte que estabas usando la batidora.Un viento me recorrió
la espalda y cerró bruscamente la puerta. El sonido de la batidora
se detuvo. Iba a morir.
Abriste la puerta y la trabaste. Esta
vez, me senté y te miré.¿Cómo iba a calmar la tensión de tus
ojos? ¿Cómo iba a arreglar la situacion? ¿Por qué me preocupo por
ti, cuanod soy yo el que esta sufriendo? Ayer unos compañeros me
dijeron que te vieron hablando con un hombre, hoy mi mejor amigo me
lo afirmó. Estoy destrozado, porque todos los días es lo mismo. Tu
me ordenas, yo obedezco, y cuando desobedezco, tu te enojas, y yo no
se que hacer, pienso que te lo mereces, pero no quiero verte así. Te
odio.
-Perdón-y me quito lentamente los
zapatos. Los iba a tirar al piso, pero sé que eso no te gusta, así
los bajo igual de lento. Subo la mirada hasta encontrarme con la
tuya, seguis enojada
Mirás las sabanas, embarradas con
tierra por mis zapatos
-¿Sabes cuánto me salieron estas
sabanas? - las pagaste con mi dinero, cuando me den el recibo de la
tarjeta lo sabré
-No, lo lamento mucho-
-¡Ademas me costo mucho encontrarlas
en este color!- pero... son azul, y hasta creo que son las sabanas
más comunes del mundo.
Me quedó mudo, y parece que recordas
algo.
-Oh, ya sé donde venden otras, aunque
dudo que haya ese color- murmura y luego- Bueno, despues de comer,
iremos a comprarlas. Cambiate rapido- y te vas
Ningun 'por favor' ni tampoco una
mínimo dejo de que lo estas pidiendo, no, lo estas ordenando.
Abró el placard y busco un conjunto de
los que me preparaste. Me quito el traje y busco el cesto de ropa
sucia. Me sorprendo, hay tres cestos, cada uno tiene una etiqueta que
dicen 'pantalones' 'remeras/camperas/camisas' 'accesorios' . Otra vez
me veo obligado a obedecer para hacerte feliz.
Me alejo lo máximo posible de la cama,
tengo sueño, estoy cansado.
Bajo las escaleras, ya vestido, y espio
un poco la cocina, estas poniendo la mesa, tengo tiempo de limpiar el
living.
Ese desorden es mi trabajo, diseño
envases y promociones para mi empresa. Ayer me habia quedado hasta
tarde tratando de hacer un envase decente pero el sueño me invadia.
Antes de que te fueras a dormir, te pedí un café pero al parecer te
lo olvidaste y te dormiste. Me lo queria hacer yo,pero temía romper
tu cafetera importada o hacer mucho ruido y despertarte.
Al terminar de ordenar, fui a la
cocina. Estabas de espaldas, intentando agarrar servilletas de encima
de la heladera. Camino hacia a vos y te las alcanzo. Me miraste y por
un momento pensé que ibas a agradecerme, pero sólo me acomodas el
borde de la campera. Me molesta que seas desagradecida.
-Sirveme un poco.- te quitas el
delantal y caminas hacia el living. Te observo por el rabillo del
ojo, estas mirando tu celular, y sonries. ¿De verdad me engañas?
Me siento y empiezo a comer. Trato de
no pensar, pero el 'tic' de las teclas me invitan a imaginarme lo que
le respondes. ¿Que tu marido es un
tonto? ¿Que no se da cuenta? ¿Que lo tenes en la palma de tu mano?
Todo es verdad, lo odio.
-----------------------
nosé, nosé